ckH39dPlYGo

Reclamacion gastos hipoteca abanca

Riksbank

Cuando el Eurosistema presta dinero a los bancos, lo hace contra una garantía adecuada. El BCE publica diariamente una lista de miles de activos negociables, como los bonos del Estado, que todos los bancos centrales nacionales aceptan como garantía. El Eurosistema también acepta como garantía activos no negociables, principalmente en forma de los denominados derechos de crédito. Estos créditos pueden incluir préstamos concedidos por los bancos a empresas o al sector público, sobre los que los bancos tienen un derecho de reembolso. El amplio conjunto de activos de garantía aceptados por el Eurosistema tiene por objeto garantizar que las entidades de crédito de distintos países y con diferentes modelos de negocio dispongan, en general, de suficientes activos de garantía para acceder a la liquidez del Eurosistema.

Los créditos adicionales (ACC) son un ejemplo de los tipos de activos admitidos temporalmente como garantía. Los ACC son derechos de crédito que no cumplen todos los criterios de admisión aplicables en el sistema general de activos de garantía. El sistema general de activos de garantía del Eurosistema incluye los préstamos al sector público, a las empresas y a las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Además, las ACC pueden incluir préstamos a los hogares, así como conjuntos de préstamos similares, compuestos, por ejemplo, por préstamos a empresas, a PYMES, a consumidores o a hipotecas. Las ACC también pueden ser de menor calidad crediticia que los créditos generalmente aceptados o estar denominadas en monedas distintas del euro. Para compensar los mayores riesgos asociados, los bancos centrales nacionales imponen mayores recortes de valoración. Esto significa que el banco central nacional asigna a la ACC un valor inferior a su valor nominal para disponer de un colchón frente a posibles cambios en el valor de la garantía. El máximo que un banco puede tomar prestado en las operaciones de crédito del Eurosistema se basa en el valor total de los activos de garantía después de los recortes.

Una ampliación de la hipoteca es el proceso de cambiar las condiciones del préstamo hipotecario que hemos concertado con nuestro banco. Nos permite reducir el importe de las cuotas, pedir algo más de dinero, o ambas cosas. Este procedimiento también se conoce como novación, y suele ser más barato que rehipotecar o firmar un nuevo préstamo.

Solicitar una ampliación de la hipoteca puede ser útil si, por ejemplo, tenemos previsto realizar una reforma en la vivienda, si surge algún imprevisto o si nos sentimos más cómodos pagando nuestra hipoteca en cuotas más pequeñas. Recordemos que esta novación estará sujeta a los criterios del banco, y que éste se fijará invariablemente en nuestra solvencia y capacidad de asumir obligaciones más onerosas.

En principio, cualquier persona que haya concertado un préstamo hipotecario con su banco. Una vez hecha la solicitud, el banco analizará nuestra solvencia, teniendo en cuenta nuestra edad (la hipoteca debe estar totalmente pagada antes de que cumplamos 70 años), o la cantidad que nos queda por devolver (por ejemplo, si nos quedan más de veinte años, es poco probable que el banco acepte una prórroga). El banco nos pedirá algunos documentos para analizar, como nuestros ingresos y gastos; si estamos al día con nuestros pagos y si tenemos un nivel de endeudamiento aceptable; si tenemos estabilidad laboral; o si podemos aportar una garantía en caso de impago.

Hay muchos factores a tener en cuenta cuando calculamos el coste de una hipoteca. Además de los gastos estándar de notaría, tasación, registro e impuestos, también debemos tener en cuenta las comisiones que cobra el banco.

Esta es la única comisión que los clientes deben pagar al concertar un préstamo hipotecario con un banco. Antes de la introducción de esta ley, los bancos también cobraban comisiones de estudio y administración por analizar si la operación era viable en función de la solvencia del cliente.

A menudo se devuelve una parte o la totalidad de la deuda antes de que finalice el periodo de amortización acordado. Esto ahorra el pago de intereses, pero está sujeto a una comisión. Esta comisión se redujo considerablemente con la Ley Hipotecaria de 2019. La comisión de amortización pretende compensar al banco por los intereses que deja de ganar.

En el caso de las hipotecas a tipo variable, la comisión por amortización anticipada varía en función del momento en que se amortice la deuda. Si esta amortización se produce durante los tres primeros años de la hipoteca, la comisión puede ser de hasta el 0,25% de la deuda. Si se produce en los primeros cinco años, la comisión baja al 0,15% del capital reembolsado.