Tipos de violencia de género
ResumenA una muestra de 595 hombres se les administraron evaluaciones de autoinforme sobre abuso sexual y físico en la infancia, historial de perpetración, rigidez de género y constricción emocional. Incluyendo las formas de abuso sexual sin contacto, el 11% de los hombres informaron de abuso sexual solamente, el 17% informaron de abuso físico solamente, y el 17% informaron de abuso sexual y físico. De los 257 hombres de la muestra que informaron de alguna forma de abuso en la infancia, el 38% informaron de alguna forma de perpetración ellos mismos, ya sea sexual o física; de los 126 perpetradores, el 70% informaron de haber sido abusados en la infancia. Por lo tanto, la mayoría de los perpetradores fueron abusados, pero la mayoría de los hombres abusados no perpetraron. Tanto los hombres abusados sexual y físicamente que perpetraron manifestaron significativamente más rigidez de género y constricción emocional que los no perpetradores abusados. Los hombres que declararon haber sufrido abusos, pero no haber perpetrado, mostraron una rigidez de género, una homofobia y una constricción emocional significativamente menores que los hombres que no sufrieron abusos.
J Trauma Stress 9, 721-743 (1996). https://doi.org/10.1007/BF02104099Download citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard
Peter* es un chico amable y sonriente de 14 años al que le encanta la escuela, especialmente las matemáticas, el teatro y el dibujo. Pero hace apenas un año vivía como niño soldado con un grupo armado en Sudán del Sur. “Nos daban armas para disparar”, dice. “Nos enseñaban habilidades: cómo escondernos o huir”. Foto de: Louis Leeson / Save The Children
Todos los niños y niñas merecen crecer sin sufrir daños. Sin embargo, la violencia de género continúa, acabando de hecho con su infancia y poniendo en riesgo su futuro. La violencia de género se da en todos los países del mundo y en todos los grupos económicos y sociales. Lamentablemente, una de cada tres mujeres y niñas sufrirá violencia sexual o física a lo largo de su vida.
Aunque tanto las niñas como los niños se ven afectados negativamente, las niñas son especialmente vulnerables. Este tipo de actos violentos contra los niños se cometen específicamente contra su voluntad y se basan en normas de género y en un desequilibrio de poder en sus relaciones[i].
La violencia de género está arraigada en la sociedad, en algunos países y regiones más que en otros. En muchas comunidades, la violencia contra las niñas y las mujeres es esperada e incluso aceptada. El uso militar de las escuelas continúa en Siria, Yemen, Sudán, Filipinas y Afganistán. En algunos contextos, las niñas en edad escolar han sido objetivo específico de la violencia sexual y de los grupos armados que se oponen a la educación femenina[iv].
Ciclo de la violenciaEl ciclo de la violencia es un modelo desarrollado para explicar la complejidad y la coexistencia del maltrato con los comportamientos amorosos. Ayuda a quienes nunca han experimentado la violencia doméstica a entender que romper el ciclo de la violencia es mucho más complicado que simplemente “salir” o marcharse.
Hay tres fases en el ciclo de la violencia: (1) Fase de creación de tensión, (2) Fase aguda o de crisis, y (3) Fase de calma o de luna de miel. Si no se interviene, la frecuencia y la gravedad del maltrato tienden a aumentar con el tiempo.A lo largo de un período de tiempo puede haber cambios en el ciclo. La fase de luna de miel puede acortarse, y la tensión y la violencia pueden aumentar. Algunas víctimas informan de que nunca experimentan un maltratador arrepentido o cariñoso, sino que simplemente ven una disminución de la tensión antes del comienzo de un nuevo ciclo.
Cuando se inicia el ciclo, la víctima empieza a entrar y salir de la relación. A menudo son necesarios muchos intentos para tomar la decisión final de abandonar definitivamente la relación. Los sentimientos de culpa, la inseguridad y la preocupación por el bienestar de los niños desempeñan un papel importante en el proceso de decisión de la víctima.