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Denuncias falsas violencia de género

Contrarrestar las acusaciones de violencia doméstica

Una acusación falsa es diferente de una acusación infundada, en la que una investigación no consigue demostrar que se ha producido una agresión doméstica o sexual (Lisak, Gardinier, Nicksa, & Cote, 2010, p. 1319).

Un problema clave a la hora de evaluar el alcance de las denuncias falsas es que algunos estudios no definen lo que es una denuncia falsa, y algunos registros de las fuerzas del orden se basan en definiciones ambiguas o demasiado inclusivas (Lisak et al., 2010, pp. 1319-1321). Una confusión común es la que existe entre los casos “infundados” y los falsos. Los casos infundados o no probados son aquellos en los que hay un veredicto de “no culpable”. Los casos auténticamente falsos son un subconjunto de éstos, e implican una acusación o denuncia deliberadamente falsa.

Algunos datos de las fuerzas del orden clasifican erróneamente los casos como “falsos” cuando la víctima no puede o no quiere cooperar, faltan pruebas, la víctima hace declaraciones incoherentes o la víctima está muy intoxicada (Lisak et al., 2010, p. 1321). Hay pruebas de que los organismos encargados de hacer cumplir la ley han clasificado erróneamente los casos de forma rutinaria y a menudo han agrupado erróneamente los casos infundados y falsos en la misma categoría. Por lo tanto, no debemos confiar en las clasificaciones de las fuerzas del orden sin analizar cómo se han elaborado.

Con el juicio de Johnny Depp-Amber Heard en marcha en Fairfax, VA, una experta en víctimas masculinas de la violencia doméstica trata de abordar los conceptos erróneos sobre las víctimas masculinas de los abusos y el papel que las falsas acusaciones pueden desempeñar en la violencia de pareja (IPV). Denise Hines, profesora asociada de Trabajo Social en la Universidad George Mason, situada justo al final de la calle del juicio, es una de las principales expertas en violencia de pareja y falsas acusaciones de abuso en grupos de supervivientes poco reconocidos.

Aunque Hines no está directamente implicada en el caso ni tiene conocimiento directo de las alegaciones de ninguna de las partes ni de su culpabilidad, Hines considera que esta es una oportunidad importante para debatir las ideas erróneas sobre los hombres como víctimas de abusos y las falsas alegaciones de violencia doméstica.

¿Qué tan comunes son las falsas acusaciones de violencia doméstica? Nuestra investigación muestra que las amenazas de hacer acusaciones falsas son comunes en situaciones en las que las mujeres ejercen violencia contra los hombres. El 73% de los hombres que sufrieron violencia perpetrada por una mujer informaron de que su pareja les amenazó con hacer falsas acusaciones, frente a menos del 3% de los hombres de la población general. Entre los hombres que sufren violencia perpetrada por mujeres, el 56% dijo que sus parejas femeninas realmente hicieron acusaciones falsas de que él abusó física o sexualmente de ella, en comparación con menos del 1% en la población general.

ResumenEl hecho de centrarse en tratar de establecer la tasa de prevalencia de las denuncias falsas de agresión sexual está restando importancia a un análisis más profundo de lo que significa realmente el término denuncias falsas y de las implicaciones que tiene para la justicia penal y la política social. Sin una definición y clasificación coherente de lo que es una denuncia falsa y sin una consideración más amplia de los factores sociales que llevan a alguien a hacer una denuncia falsa o a alguien a etiquetar una denuncia como falsa, habrá pocas posibilidades de avanzar hacia una imagen real de las denuncias falsas.En cambio, un análisis de los contextos culturales, los roles de género y las creencias incorrectas sobre la agresión sexual, puede contribuir a una respuesta social más útil a las denuncias de agresión sexual.

En el momento de escribir este artículo, Liz Wall era investigadora de la ACSSA y Cindy Tarczon era investigadora de la ACSSA en el Instituto Australiano de Estudios de la Familia.