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Protocolo cero violencia de genero

Violencia de género pdf

La persistencia de la VCMN en África se asocia principalmente a las relaciones de poder de género reflejadas en normas sociales bien atribuidas y comúnmente aceptadas, arraigadas en sistemas patriarcales caracterizados por la dominación masculina, la distribución desigual de los recursos y el poder, combinados con instituciones sociales que sostienen la desigualdad de género. Estas normas, en nombre de la cultura, dictan comportamientos y actitudes que perpetúan los estereotipos que son las barreras más importantes para eliminar y prevenir la VCMN. La pobreza y la falta de ingresos y bienes aumentan la vulnerabilidad de las mujeres a la violencia.

El Presidente de la Comisión de la Unión Africana, S.E. Moussa Faki, durante la Campaña de 16 Días de Activismo para Acabar con la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, en diciembre de 2017, destacó la necesidad de acabar con la VCMN y pidió que se acelerara la acción para prevenir y acabar con esta epidemia.

En este sentido, la Dirección de la Mujer, el Género y la Juventud (WGYD), está desarrollando el marco de la Campaña de la Unión Africana para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, destinada a acelerar la aplicación de las obligaciones acordadas para prevenir y poner fin a la VCMN. La Campaña se basará en experiencias anteriores y garantizará la inclusión en términos de objetivos y asociaciones para romper el ciclo de la VCMN en África. La campaña se articulará en torno a tres pilares, a saber: la prevención, la defensa y la movilización de recursos, así como el desarrollo de conocimientos y la presentación de informes, y se anclará en los marcos de desarrollo continental y mundial, es decir, la Agenda 2063 y la Agenda 2030 sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La campaña se basará en un enfoque de derechos y en el principio de “no dejar a nadie atrás” y complementará otras iniciativas existentes, como las campañas para acabar con la mutilación genital femenina y el matrimonio de niñas.

7.Lecciones aprendidas de la cobertura informativa de la violencia de géneroPeriodistas de todo el mundo, reunidos en las consultas convocadas por el Centro para el Liderazgo Global de la Mujer en 2018 y 2019, analizaron las principales lecciones aprendidas de su experiencia en la cobertura informativa de la violencia de género.

7.7.1.Femicidio7.7.1.1.El concepto de femicidioEl término “femicidio”, aunque fue acuñado en el siglo XIX, fue popularizado en los años 70 por la difunta socióloga feminista Diana Russell. Ella lo definió como “el asesinato de mujeres por parte de hombres porque son mujeres… Cuando el género de la víctima es irrelevante para el autor, el asesinato se califica como un crimen no feminicida”.1

Russell esperaba que el término se convirtiera en una herramienta para movilizarse contra esta forma más extrema de violencia de género, pero el concepto tardó casi tres décadas en difundirse. En 2004, conoció a una destacada política mexicana y académica feminista, Marcela Lagarde, que la invitó a dar una charla en Juárez, México. Más tarde, Lagarde presidió una comisión sobre el feminicidio en el Congreso mexicano. El periodista independiente y ex becario Fulbright Aaron Shulman atribuyó a Lagarde la propagación de sus esfuerzos de defensa a Guatemala, donde, según escribió en la edición del 28 de diciembre de 2010 de The New Republic:2

El ámbito de la investigación y la innovación (I+I) no es inmune a la violencia sexual y de género, pero este problema tiende a subestimarse en las organizaciones de investigación y en los organismos de financiación de la investigación. Hay pruebas de que la violencia de género y el acoso sexual están muy extendidos en las instituciones públicas y en las universidades, pero esto no se basa en datos recogidos sistemáticamente. Por esta razón, la Comisión Europea ha apoyado iniciativas como UniSAFE para mejorar el conocimiento sobre la magnitud del problema y las formas de abordarlo. Los recientes análisis y revisiones realizados en el marco de los proyectos financiados por la UE sobre el cambio estructural, entre otros, muestran que es urgente actuar sobre este problema.

Todas las organizaciones están sujetas a las leyes y reglamentos nacionales o regionales pertinentes, y es probable que numerosas organizaciones cuenten con políticas de empleo vigentes que cubran la dignidad y el acoso en el trabajo. Las organizaciones pueden considerar suficiente tratar la violencia de género en el marco de las políticas y procedimientos existentes. Sin embargo, cada vez más instituciones consideran necesario crear estructuras dedicadas y/o emitir procedimientos e instrumentos específicos. En cualquier caso, la institución debe dejar claro que no tolera los abusos.