Ejemplos de violencia psicológica
La violencia de género sigue siendo asombrosamente frecuente en un entorno que la ha combatido constantemente y ha seguido creando políticas e infraestructuras para proteger a las mujeres. Es alarmante que la violencia de género haya seguido prosperando en todas sus formas a pesar de que los activistas y los responsables de la toma de decisiones trabajan asiduamente para proporcionar educación y concienciación sobre esta amenaza.
La violencia de género tiene consecuencias psicológicas, sexuales y de salud reproductiva que la hacen aún más horrenda. Sin embargo, trasciende a las consecuencias sociales para las mujeres que hacen que se encuentren constantemente al lado de un sistema establecido en su contra. La violencia de género contribuye a las desventajas educativas y a las disparidades del mercado laboral, incluyendo las diferencias de ingresos entre ambos géneros. En muchas sociedades, las mujeres se encuentran con un acceso restringido a la educación superior y con oportunidades limitadas que se pueden atribuir a una cultura violenta. Además, algunas mujeres son especialmente vulnerables. Las mujeres de la comunidad LGBTQ, las refugiadas, las minorías étnicas y las migrantes, entre otras, pueden ser blanco de la violencia de género.
La violencia doméstica se asocia principalmente a los moratones y a la violencia física. Sin embargo, en el entorno social, la violencia rara vez comienza con agresiones físicas. Antes de los primeros golpes, las víctimas suelen estar ya expuestas a la violencia psicológica durante meses o incluso años.Reconocer la violencia psicológicaLas personas afectadas no suelen ser conscientes de que lo que han vivido debe considerarse violencia. Las percepciones comunes sobre la violencia y la falta de educación social contribuyen a ello. En consecuencia, la violencia psicológica suele pasar desapercibida durante mucho tiempo, incluso entre conocidos o familiares.Además, muchos agresores se comportan de forma extremadamente manipuladora y hábil: Mantienen un comportamiento aparentemente amistoso y complaciente para que las afirmaciones de la víctima en sentido contrario parezcan inverosímiles. Sin embargo, si las víctimas temen que la gente de su entorno no les crea, suelen retraerse. Esto refuerza aún más el poder del agresor.
El abuso psicológico implica el uso regular y deliberado de una serie de palabras y acciones no físicas utilizadas con el propósito de manipular, herir, debilitar o asustar a una persona mental y emocionalmente; y/o distorsionar, confundir o influir en los pensamientos y acciones de una persona dentro de su vida cotidiana, cambiando su sentido de sí misma y perjudicando su bienestar.
Este informe fue financiado por la Fundación Oak para llevar a cabo una investigación sobre la “violencia psicológica” como parte de su programa “Cuestiones que afectan a las mujeres”. Se ha elaborado conjuntamente con supervivientes con experiencia vivida y profesionales para arrojar luz sobre la regularidad del maltrato psicológico, la experiencia diaria de quienes viven con él y las tácticas que utilizan los agresores para amenazar y controlar.
Los profesionales que responden al maltrato doméstico confirmaron esta regularidad: casi tres cuartas partes de los profesionales afirmaron que la violencia psicológica les fue comunicada “siempre o a menudo” al hablar del maltrato doméstico.
Muchas sobrevivientes experimentan alguna forma de violencia psicológica aislada del maltrato físico: el 42% nunca había sido agredido físicamente causando moretones o cortes y el 76% nunca había sido agredido físicamente causando huesos rotos o lesiones graves.